jueves, 10 de noviembre de 2011

Trabajo de campo 3. María Cifuentes Lorenzo

9-Noviembre-2011

ENFERMEDADES DEL ESÓFAGO

Bibliografía: C.Rozman. Medicina interna. 3ª ed.. Madrid: HARCOURT BRACE; 1998.

En el libro anteriormente citado se explican de manera clara y precisa la enfermedades del esófago centrándose en las tres más importantes: acalasia, reflujo y cáncer. Me ha parecido un libro excepcional pues explica todo de manera breve y abarca numerosos puntos como son causas, manifestaciones, diagnóstico y tratamiento.

ACALASIA ESOFÁGICA: esta enfermedad consiste en la pérdida del peristaltismo de los 2/3 inferiores del esófago.
Etiología: es una enfermedad de etiología desconocida, cuya incidencia se cifra alrededor de 1:100.000 habitante/año. Afecta por igual a varones y mujeres y puede presentarse a cualquier edad, aunque es más común entre los 40 y 60 años.
Manifestaciones: disfagia (dificultad para deglutir) tanto líquidos como sólidos. Otro signo frecuente es la regurgitación de alimentos retenidos en el esófago. A veces es totalmente asintomática y la afección se descubre de forma accidental durante un examen radiológico practicado por otros motivos.
Pruebas diagnósticas: el examen radiológico muestra un esófago uniformemente dilatado que termina a nivel de diafragma de forma cónica semejante a un pico de ave o punta de lápiz. La endoscopia sirve para descartar otras enfermedades. La manometría esofágica es el procedimiento más sensible y específico.
Tratamiento: administración de fármacos (nitritos o antagonistas de los canales de calcio) que suelen mostrar una eficacia relativa y transitoria. En cambio, la dilatación forzada mediante una sonda prevista de balón hinchable produce buenos resultados.

ENFERMEDAD POR RELFUJO ESOFAGOGÁSTRICO: enfermedad producida por la inflamación del esófago. No hay que olvidar que puede haber síntomas de reflujo sin lesión esofágica y que, por otra parte, la esofagitis puede ser asintomática.
Cuadro clínico: pirosis o regurgitación ácida que aumentan las tras ingesta. Otras veces las manifestaciones clínicas son eructos, dolor epigástrico, pesadez posprandial, náuseas, hipo, disfagia, odinofagia o anemia. En otras ocasiones el reflujo se manifiesta como molestias faríngeas, alteraciones respiratorias o dolor torácico.
Diagnóstico: a parte de la historia clínica que es esencial, la endoscopia, pHmetría y manometría esofágica la complementan.
Complicaciones: estenosis esofágica, esófago de Barett (consiste en la sustitución del epitelio escamoso normal del esófago por epitelio columnar metaplásico), úlcera péptica del esófago y hemorragia digestiva.
Tratamiento: en casos leves basta con tratamiento dietético evitando alimentos que causan pirosis. En cuanto a los medicamentos son útiles lo antiácidos o los inhibidores de la bomba de protones. En caso de infección por H.pylori es necesario erradicarla. El tratamiento quirúrgico es necesario en el 5% de los pacientes, la técnica más utilizada es la funduplicatura de Nissen.

CÁNCER DE ESÓFAGO: su incidencia en Europa es aproximadamente de 5 casos por cada 100.000 habitantes. Predomina en varones y es más frecuente a partir de los 50 años de edad. Diversas lesiones esofágicas se consideran precancerosas. Entre ellas destacan la esofagitis caústica, el esófago de Barett, la acalasia y la disfagia. El tabaquismo, alcoholismo, ingesta de alimentos excesivamente calientes y dietas ricas en nitrosaminas se consideran factores predisponentes.
Cuadro clínico: el síntoma principal y fundamental es la disfagia. Es frecuente la anemia por hemorragia microscópica. En las fases tardías pueden aparecer manifestaciones clínicas diversas por invasión cancerosa de los órganos vecinos.
Diagnóstico: el examen radiológico demuestra la presencia de tumor en el 80% de los casos. Sin embargo, para el diagnóstico definitivo es necesario una esofagogastroscopia. La combinación de estas técnicas presenta un rendimiento diagnóstico próximo al 100%.
Tratamiento: el objetivo principal es aliviar las molestias disminuyendo la disfagia y restableciendo la ingesta pero sin conseguir la curación. Por lo general, el pronóstico del cáncer de esófago es infausto, con una supervivencia a los cinco años inferior al 10%.

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