28-Octubre-2011
EL PACIENTE TERMINAL
Bibliografía: A. Ledesma Castelltort, J. Casanovas Font, J. Fabregó Trabal. El enfermo terminal. En: A.Martín Zurro, J.F. Cano Pérez. Atención primaria (conceptos, organización y práctica clínica). 3ª ed.. Barcelona: Elservier; 2010. p . 943-959.
“Atención primaria (conceptos, organización y práctica clínica)” es uno de los libros que estoy utilizando a lo largo del curso para buscar información o profundizar el temario. El capítulo “El enfermo terminal” explica de manera clara en qué consiste la enfermedad terminal y que son los cuidados paliativos centrándose en esta asistencia sanitaria y en sus objetivos, bases, instrumentos y el control de síntomas mediante tratamiento no farmacológico y farmacológico (escala analgésica de la OMS).
La enfermedad terminal es una enfermedad avanzada en fase evolutiva e irreversible que afecta a la autonomía y a la calidad de vida, sin respuesta al tratamiento y con un pronóstico de vida inferior a seis meses, en un contexto de fragilidad progresiva. Se caracteriza por la presencia de numerosos y diversos síntomas y un gran impacto emocional o sufrimiento.
Los cuidados paliativos son la asistencia integral a los enfermos en situación terminal con el objetivo de conseguir la máxima calidad de vida para los pacientes y sus familias.
Objetivos y bases de la terapéutica: el tratamiento terapéutico ocupa un papel importante en la situación de la enfermedad terminal. En el momento en que se entra en una situación de progresión de la enfermedad, el objetivo terapéutico es la promoción del bienestar del enfermo y su familia. Las bases de la terapéutica son asistencia integral e individualizada, en el enfermo y su familia son la unidad a tratar, la promoción de la autonomía y la dignidad del enfermo tienen que regir las bases terapéuticas, importancia del ambiente en el control de los síntomas. Los instrumentos básicos de los cuidados paliativos son control de síntomas, soporte emocional y comunicación, cambios en la organización y equipo interdisciplinario.
Control de síntomas: entre los síntomas del paciente terminal, el dolor es el más temido por el enfermo y su familia. Otros síntomas son debilidad, ansiedad, pérdida de peso, anorexia, sequedad de boca, estreñimiento y alteraciones del sueño. Un aspecto clave es la percepción de estos síntomas por parte del enfermo y el impacto sobre su vida. Los síntomas suelen ser múltiples, intensos, multifactoriales y cambiantes. Los principios generales que deben considerarse son: evaluar antes de trabajar, considerar el trabajo en equipo multidisciplinar, explicar estos síntomas y medidas terapéuticas al paciente, fijarse los plazos para conseguir objetivos y prevenir nuevas situaciones, control de los síntomas, atención a los detalles para optimizar el grado de control de los síntomas y minimizar los efectos adversos.
El tratamiento no farmacológico del dolor engloba diferentes métodos que ayudan al control del dolor. A veces son la base del tratamiento (inmovilización, etc). Tratamiento farmacológico del dolor, la mayoría de los casos podrán controlarse mediante la administración oral de analgésicos solos o asociados a coadyuvantes. Los principios generales de tratamiento farmacológico son vía de elección la oral, deben administrarse de forma regular y dolor continuado requiere tratamiento regular y preventivo. La selección del analgésico depende de la respuesta al tratamiento preventivo. Si no responde, hay que progresar al escalón superior de analgesia. El uso de adyuvantes es habitual en los esquemas terapéuticos y deben mantenerse a pesar del cambio de analgésico.
En conclusión, el alivio del sufrimiento en el proceso de morir es un objetivo tan válido como la curación o la prolongación de la vida. El sufrimiento tiene componentes físicos, psicológicos, sociales y espirituales, todos ellos importantes al evaluar la situación del paciente. Los instrumentos básicos para conseguir el bienestar de los enfermos y de sus familias son: el control de los síntomas, apoyo emocional, comunicación fluida, el trabajo en equipo y una organización adecuada. Todos ellos configuran la base de los cuidados paliativos.
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