jueves, 10 de noviembre de 2011

Bibliografía: quemaduras. María Cifuentes Lorenzo

9-Noviembre-2011

QUEMADURAS

Bibliografía: Julia Fultz, Maric Messer. Quemaduras. En: Pamela Kidd, Patty Sturt. Urgencias en enfermería. 2ªed.. Madrid: HARCOURT BRACE; 1999. p .359-377.

El capítulo sobre quemaduras lo abarca desde la perspectiva enfermera, cuáles deben ser sus objetivos en la valoración, los principales diagnósticos y tratamiento. Recomiendo el libro ya que como "futuros enfermeros" nos compete saber como actuar ante una quemadura.

Ante una quemadura, independientemente de su origen, la valoración enfermera y los diagnósticos suelen ser los mismos. En la valoración enfermera, el principal objetivo es asegurarse de que la fuente de calor ha cesado y la atención debe dirigirse hacia el paciente y no hacia la quemadura. La valoración de enfermería debe centrarse en primer lugar sobre la vía aérea, la respiración y la perfusión, y después en la evaluación de la extensión de la quemadura (se calcula como un porcentaje de la superficie corporal toral (SCT) con quemaduras de espesor parcial o total; se puede emplear la regla del los nueve que debe adaptarse para valorar con precisión a bebés y niños ya que sus proporciones corporales son diferentes de las del adulto).
Los diagnósticos de enfermería prioritarios son déficit del volumen de líquidos, deterioro del intercambio gaseoso, alteración de la perfusión tisular periférica, riesgo de dolor, riesgo de deterioro de la integridad cutánea y riesgo de infección.
En las quemaduras térmicas la extensión de la lesión es el resultado de la intensidad de calor y tiempo de exposición. Los síntomas que se pueden encontrar dependen del grado de la quemadura. Quemaduras de primer grado (afectan a la epidermis y se caracterizan por eritema; el paciente con quemaduras superficiales podrá quejarse de cefalea, escalofríos, náuseas y vómito, como resultado de la respuesta sistémica leve), de segundo grado espesor parcial (afectan a la epidermis y parte de la dermis, la piel presente ampollas pero las terminaciones nerviosas están intactas e irritadas y causan dolor), segundo grado espesor profundo (están afectadas la epidermis y capas profundas de la dermis, la piel está pálida y con ampollas con poco o ningún líquido) y quemaduras de tercer grado (afectan a la epidermis, toda la dermis y se extiendes hasta los tejidos subcutáneos; la superficie está seca, dura e insensible porque las terminaciones nerviosas han resultado destruidas).
La vigilancia de enfermería de una quemadura se basa en monitorizar la permeabilidad de  la vía aérea, monitorizar la aparición de hipoxia y la aparición de hipovolemia, evaluar la perfusión tisular, monitorizar la diuresis, la orina para detectar la presencia de mioglobina, evaluar la efectividad del del control de dolor, asegurar el control de la infección y de las técnicas asépticas, medir los signos vitales y el peso en el momento de ingreso y monitorizar los niveles séricos de electrolitos.
Para finalizar, los resultados esperados en el paciente son diuresis 50 ml/hora en el adulto, mioglobina negativa en la orina, control adecuado del dolor, pulsos palpables en extremidades, llenado capilar, frecuencia cardiaca menor de 100 latidos/min y presión arterial y ritmo cardíaco dentro de los límites normales, le temperatura corporal por encima de 37ºC, disminuirá el nivel de carboxihemoglobina…

  

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