Bibliografía: Alberto Agustí Vidal, José Luis Álvarez-Sala, Carlos Ballús Pascual, Eduardo Bergadá Barado, José M.ª Bordas Alsina, Alberto Botey Puig, et al. Medicina Interna, vol II. Marin S.A. Nicaragua 85-95. P: 69-75
Entendemos por enfermedad infecciosa, las producidas por agentes vivos. Una de las características es que las enfermedades infecciosas son las más frecuente de todas las entidades que constituyen la Patología médica, aunque la mayoría, son leves o casi subclínicas.
En este libro, se presta atención a la clasificación de los principales agentes, tanto procariotas como eucariotas atendiendo al género y la especie de todos ellos.
También podemos resaltar, de todo ello, la cadena que sigue la enfermedad infecciosa, siendo:
-Reservorio y fuente de infección: Los gérmenes se hallan en la naturaleza en múltiples hábitat naturales que se comportan como reservorios, llevan una vida poco activa con escaso crecimiento y multiplicación.
-Propagación de la infección: la infección puede contraerse desde fuentes autógenas (invasión del organismo por un germen que ya vivía en él como comensal), o por fuentes exógenas (por vía directa, donde la propagación de los microorganismos hasta la piel y mucosa del huésped, ocurre por contacto directo, o por vía indirecta donde intervienen reservorios que no deben confundirse con las fuentes de infección, puesto que en estos los gérmenes apena crecen o se multiplican)
-Penetración del microorganismo en el ser humano: tiene lugar a través de las llamadas puertas de entrada, como son : la piel, las vías respiratorias, el tubo digestivo, la orofaringe, las vías genitourinarias, la conjuntiva o la parenteral. En algunas enfermedades las bacterias invaden la sangre y circulan con ella desde las puertas de entrada, en otros casos permanecen en la puerta de entrada y desde ella envían al cuerpo sus toxinas.
La penetración de los agentes infecciosos suscita diversas reacciones de defensa en el organismo. La formación de anticuerpos es el más importante. La manera de reaccionar frente al antígeno depende de las condiciones en que se ponen en contacto ambos elementos.
Una vez que el agente infeccioso ha penetrado en el organismo por alguna de las puertas de entrada, se afianza en él merced a la adherencia a las células epiteliales y otros mecanismos y se multiplica originando la llamada lesión local.
También, este libro destaca las diversas manifestaciones clínicas que pueden darse en enfermedades infecciosas así como los diagnósticos derivados de estas.
El motivo de haber elegido este libro, es porque explica detalladamente el origen, desarrollo y el plan de cuidados ante las enfermedades infecciosas.
Lucía Cuerda Clemente
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