BIBLIOGRAFÍA
J.Bosch. Varices esofagogástricas .En: J. M. Bordas. Gastroenterología. Hemorragia digestiva alta. Barcelona: Doyma; 1991.p.44-49.
VARICES ESOFAGOGÁSTRICAS
La hemorragia digestiva alta por la rotura de las varices esofágicas es la principal complicación de la hipertensión portal y constituye una de las primeras casusas de muerte en pacientes con cirrosis. De los pacientes con varices esofagogástricas se es estima que el número de muertes por rotura de varices es de alrededor de 3.700 por año, con un total de más de 10.000 ingresos hospitalarios anuales debidos a episodios de hemorragia por varices, la prevención del primer episodio hemorrágico es la mejor forma de reducir estas cifras.
La hemorragia por varices esofagogástricas es el ultimo suceso que ocurre tras una cadena de trastornos, iniciados por la elevación de la presión portal, que va seguida de la formación y progresiva dilatación de las varices hasta producirse su ruptura. En la cirrosis, la hipertensión portal es debida al aumento de la resistencia vascular hepática al flujo sanguíneo portal. Las varices representan dilataciones patológicas de las venas submucosas esofágicas. La formación de las varices también se ve favorecida por factores como: la ausencia de tejido de sostén, la presión negativa intratoracica, el efecto de succión durante la inspiración la existencia de venas perforantes que comunican las varices con las colaterales peri esofágicas.
Las varices crecen por dos factores: la elevación de la presión hidrostática en el interior de las varices y el mantenimiento de un elevado flujo sanguíneo en el territorio portocolateral. Para explicar el mecanismo de la hemorragia se ha propuesto dos teorías; la teoría de la erosión y la teoría de la explosión. La mayoría de los investigadores están de acuerdo en que las varices se rompen cuando la tensión que se ejerce sobre sus paredes sobrepasa un punto de ruptura, de acuerdo con la ley de Laplace.
Por ultimo los factores que determinan la gravedad de la hemorragia se calcularían a traes de una ecuación que permitiría interrelacionar los factores que determinan la gravedad de la hemorragia. Para detener la hemorragia las actuaciones serán locales encaminadas a disminuir el tamaño del punto sangrante, la presión y a mejorar la hemostasia y de igual modo evitar un descenso excesivo de la viscosidad de la sangre.
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