Domínguez Romero. Galiana Martínez, J.A y Pérez Vega, F.J:”Manual de cirugía menor”, Aran Ediciones S.L., Madrid, 2002.
Giménez Fernández, M. y Carrasco Guirao , JJ:”Procedimientos básicos y cuidados de enfermería. Manual de prácticas”, Ed. Diego Marín, Murcia, 2008. TRABAJO
Para la realización de este tema, me he centrado en la cura de ulceras. Para ello me he ayudado de dos libros; Procedimientos básicos y cuidados de enfermería, y del Manual de Cirugía Menor. En ellos me he podido informar a cerca de los distintos tipos de ulceras así como del material necesario y la metodología adecuada para curar los distintos tipos de ulceras. Debido a la amplitud del tema, me centrare en el tratamiento y el procedimiento a seguir.
La labor de enfermería se centraría en el tratamiento local de la ulcera. Para ello tendremos que llevar a cabo una serie de pasos para valorar el estadio de la ulcera y por tanto su tratamiento, siendo los mismos los que siguen. Nos podemos encontrar con ulceras de 4 tipos. Las ulceras de estadio I se manifiestan por un eritema cutáneo que no palidece al presionar pudiendo incluir cambios en uno o más aspectos como pueden ser la temperatura de la piel, la consistencia del tejido o sensaciones como, dolor, escozor, etc .
Las ulceras de estadio II presentan pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a la epidermis, dermis o ambas. Y que tiene un aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial. Las de estadio III tienen una pérdida total del grosor de la piel que implica necrosis o lesión del tejido subcutáneo, que puede extenderse hacia abajo pero no por la fascina subyacente. Y por último las ulceras de estadio IV presentan pérdida total del grosor de la piel, con una destrucción extensa, necrosis del tejido o lesión en músculo, hueso o estructura de sostén. Además tanto en este tipo de ulceras como en las anteriores podemos encontrar lesiones con cavernas, tunelizaciones o trayectos sinuosos.
Otra pregunta que debemos hacernos cuando nos encontremos ante una ulcera es si esta presenta tejido necrótico, si es así tendremos que ver si es necrosis seca o húmeda. Debiendo aplicar uno u otro tipo de hidrogel, y después de esto como primera opción con desbridamiento cortante (si podemos llevarlo a cabo) y después un lavado con solución salina después de seguir el proceso adecuado del lavado con solución salina, podremos llevar a cabo con un desbridamiento enzimático con colagenasa. O autolitico, con hidrogel en estructura amorfa.
Si anteriormente no hubiéramos encontrado tejido necrótico, tendríamos que ver si hay algún signo clínico de infección, en cuanto a infección local o afección sistémica, debiendo llevar a cabo un incremento en la frecuencia de limpieza y desbridamiento de la lesión y la cura en ambiente húmedo. Además de lo anterior es importante ver si hay presencia de esfacelos en el lecho de la lesión, siendo así llevaremos a cabo un desbridamiento enzimático o autolitico.
Otro aspecto a valorar es si la herida está limpia o produce exudado. Sí presenta exudado mínimo o moderado podremos utilizar entre otros apósito hidrocelular o alignato de calcio, entre otros. Sí el exudado es de moderado a excesivo utilizaremos, entre otros y según convenga, apósito hidrocoloide, hidrogel en estructura amorfa o apósito hidrocoloide. Aclarando que para las indicaciones anteriores debemos diferenciar entre heridas superficiales o heridas profundas, cavitadas y/o con tunelizaciones.
Por último veremos si la herida está limpia con tejido de granulación/epitelización y con un mínimo exudado, si fuera así deberíamos volver a hacer de nuevo la valoración, y si no dependiendo si son heridas superficiales o profundas utilizaremos por ejemplo; film de poliuretano o apósito hidrocolode mas hidrofibra de hidrocoloide.
BLIBLIOGRAFIA
ResponderEliminarDomínguez Romero. Galiana Martínez, J.A y Pérez Vega, F.J:”Manual de cirugía menor”, Aran Ediciones S.L., Madrid, 2002.
Giménez Fernández, M. y Carrasco Guirao , JJ:”Procedimientos básicos y cuidados de enfermería. Manual de prácticas”, Ed. Diego Marín, Murcia, 2008.
TRABAJO
Para la realización de este tema, me he centrado en la cura de ulceras. Para ello me he ayudado de dos libros; Procedimientos básicos y cuidados de enfermería, y del Manual de Cirugía Menor. En ellos me he podido informar a cerca de los distintos tipos de ulceras así como del material necesario y la metodología adecuada para curar los distintos tipos de ulceras. Debido a la amplitud del tema, me centrare en el tratamiento y el procedimiento a seguir.
La labor de enfermería se centraría en el tratamiento local de la ulcera. Para ello tendremos que llevar a cabo una serie de pasos para valorar el estadio de la ulcera y por tanto su tratamiento, siendo los mismos los que siguen. Nos podemos encontrar con ulceras de 4 tipos. Las ulceras de estadio I se manifiestan por un eritema cutáneo que no palidece al presionar pudiendo incluir cambios en uno o más aspectos como pueden ser la temperatura de la piel, la consistencia del tejido o sensaciones como, dolor, escozor, etc .
Las ulceras de estadio II presentan pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a la epidermis, dermis o ambas. Y que tiene un aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial. Las de estadio III tienen una pérdida total del grosor de la piel que implica necrosis o lesión del tejido subcutáneo, que puede extenderse hacia abajo pero no por la fascina subyacente. Y por último las ulceras de estadio IV presentan pérdida total del grosor de la piel, con una destrucción extensa, necrosis del tejido o lesión en músculo, hueso o estructura de sostén. Además tanto en este tipo de ulceras como en las anteriores podemos encontrar lesiones con cavernas, tunelizaciones o trayectos sinuosos.
Otra pregunta que debemos hacernos cuando nos encontremos ante una ulcera es si esta presenta tejido necrótico, si es así tendremos que ver si es necrosis seca o húmeda. Debiendo aplicar uno u otro tipo de hidrogel, y después de esto como primera opción con desbridamiento cortante (si podemos llevarlo a cabo) y después un lavado con solución salina después de seguir el proceso adecuado del lavado con solución salina, podremos llevar a cabo con un desbridamiento enzimático con colagenasa. O autolitico, con hidrogel en estructura amorfa.
Si anteriormente no hubiéramos encontrado tejido necrótico, tendríamos que ver si hay algún signo clínico de infección, en cuanto a infección local o afección sistémica, debiendo llevar a cabo un incremento en la frecuencia de limpieza y desbridamiento de la lesión y la cura en ambiente húmedo. Además de lo anterior es importante ver si hay presencia de esfacelos en el lecho de la lesión, siendo así llevaremos a cabo un desbridamiento enzimático o autolitico.
Otro aspecto a valorar es si la herida está limpia o produce exudado. Sí presenta exudado mínimo o moderado podremos utilizar entre otros apósito hidrocelular o alignato de calcio, entre otros. Sí el exudado es de moderado a excesivo utilizaremos, entre otros y según convenga, apósito hidrocoloide, hidrogel en estructura amorfa o apósito hidrocoloide. Aclarando que para las indicaciones anteriores debemos diferenciar entre heridas superficiales o heridas profundas, cavitadas y/o con tunelizaciones.
Por último veremos si la herida está limpia con tejido de granulación/epitelización y con un mínimo exudado, si fuera así deberíamos volver a hacer de nuevo la valoración, y si no dependiendo si son heridas superficiales o profundas utilizaremos por ejemplo; film de poliuretano o apósito hidrocolode mas hidrofibra de hidrocoloide.
Donde leet y asi guiarme mas para tratar la escara de mi abuela
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